FLOR DE MEDIO DÍA
Ay si las piedras hablaran... Si las piedras hablaran y tuvieran que contar una historia, al menos esta piedra contaría así esta historia:
Ella siempre sospechó que era demasiado alpiste para tan poco pájaro , pero después de un corto noviazgo acabó casándose con él. Ya , ya lo sé, empezando así la cosa ya pinta mal. Muy mal. Si es que siempre fue una tradicional. Es alta y espigada, bonita como un lirio de jardín . Confiada. Fuerte como la azalea. Delicada. Tan elegante como un ramo de jazmín.
Lleva regentando “La Violetera” algo más de diez años. Su fuerte como todos dicen , son los arreglos florales. Al medio día ella cierra su negocio y disfruta de tres horas de muy merecido ocio. Su exmarido es paisajista como dice él, decorador de jardines como le gusta nombrarle a ella. Menudo prenda el bandido , además de un manitas se descubrió como todo un capullito de alelí . Le encantaba plantar grano fuera de tiesto. El gusto de él por un rato de placer al abonar los arriates ajenos, había devenido en nueve meses de disgusto y en un hijo reclamando apellido.
Ella aún no goza del brote de sus genes , está recién divorciada y ya tiene la hipoteca totalmente amortizada.
Si un adivino vaticinara que su vida acabaría de mustiarse a los ochenta , aún hoy la quedarían cuarenta años de vida. Después de ese matrimonio marchito tenía necesidades esenciales , sus raíces demandaban abono y ciertos minerales especiales. Esos eran sus nuevos objetivos y de medio día en medio día verdeaba más cada día. Claro que esto yo lo digo de modo subjetivo.
Se llama en realidad Violeta Montes y de tan modesta no tiene nombre de guerra. Lo que ella disfruta cuando se transmuta merece un nombre de amor. Los clientes la llaman flor a secas...“Flor“. Prestidigitadora floral. Flor por puro accidente. Poeta accidental. Flor sedienta y hembra con hambre . Promesa de bacanal . Cincuenta kilos de piel y sangre . Expendedora carnal.
De dos a cinco , en la trastienda de su floristeria “ Flor “ florecía.
La gustaba empezar conversando un poquito mientras le quitaba los botones de la camisa o desabrochaba la hebilla del cinturón. Ahí empezaban los besos tímidos que se iban volviendo descarados y lascivos. Besos con lengua. Personales. Besos pasionales. La gustaba besar y se nota. Que manera de buscar su boca. De nota un notable. Con la intensidad de una rosa roja “Flor” se moja y destila ese tipo de humedad que resulta de lo más saludable .Y dicen de ella que merece la pena cuando besa con los labios de azucena.
El almacén tiene ducha doble y cama con dosel de madera noble. Para burlar la sequía, un poco de riego y jabón . Disfrute. Emoción. Entrega consensuada. Cada medio día la misma canción , nitrato de amonio, pala y rastrillo. Sin cansarse , puesto que nada la agota, su boca sedienta absorbe golosa hasta la última gota. Lodo y mantillo. Lencería de marca en sábanas de mercadillo.
Su sexo abierto gime como gime la tierra recién removida. Técnica. Corazón. Ilusión y certeza. Sabe abrirse de piernas usando la cabeza. Aire , la he visto respirar el aire en la boca de un desconocido que horadaba su terreno mientras solo se oye el suave aleteo de un mirlo. Delicadeza. Yunque y fuego. ¿Y porque no decirlo? , cambio de postura con algo de torpeza.
¿Que importa la poda o el injerto cuando todo es verdad y además nada es cierto?
Germina este juego sin asomo de maleza. Nada nuevo. Un ahora. No hay ni un antes ni hay un luego.
Cada día , al medio día “ Flor” florecía en la trastienda de su floristeria.
Ay si las piedras hablaran...